No es abandono, ni desgana, ni ausencia...es una comunión de todo eso mezclada con una necesidad de respirar el aire de las noches de verano, de otear el cielo desde las alturas y sentir el agua del mar recorrer todo mi cuerpo. Es necesidad de leer a Lorca, escuchar a los grandes y caer rendido al alba al abrigo de Morfeo.
Es todo eso y mucho más.