miércoles, 1 de agosto de 2012

Marruecos

Mi viaje a Marruecos ha sido una experiencia brutal. Junto a mis 5 compañeros/as de aventuras hemos tenido vivencias que ninguno de nosotros olvidará nunca, en nuestras vidas.

Perderse por carreteras marroquíes, ver poblaciones olvidadas, gentes sin futuro, carreteras sin fin, sin destino y llegar al hotel de madrugada tras persecuciones, intentos de timo en una ciudad hostil.

Entrar a una medina milenaria y viajar a la edad media, ver sujetos sacados de cualquier novela legendaria, niños desharapados y hambrientos, olores insufribles, calles insalubres.

Conducir por un mercado rodeado de gentes que van y vienen, sentir como golpean el coche, pisar puestos con las ruedas de la furgoneta, ver huir al policía ante el barullo.

Ser mercancía de un guía que al final del día también intenta timarnos, volver a ser increpado por los sujetos de las motos...día si y dia también.

Llegar a Tetuán y sentir el mismo acoso, incluso mas agresivo que en Fes...decidir irnos de allí y llegar a Chefchaouen, el pueblo azul. Acogedor, tranquilo, sosegado...azul, muy azul.

Bañarte en playas kilométricas, ver Suiza en Marruecos, visitar ruinas romanas, ser multado e introducido en un furgón policial marroquí.

Pero sobre todo, salvar todos esos inconvenientes con una sonrisa, con la sonrisa y el apoyo mutuo de mis compañeros. Eso quizá sea lo mejor de esa aventura por África que no olvidaré jamás.

                                           Perímetro exterior de la Medina de Fes
                                           Calles de Chefchaouen, el pueblo azul.
                                          Mas Chefchaouen.
                                          ¿Habitación 2?
                                          Rosa, Celia, Lorena y yo.
                                          Emilio, Juanjo y yo.

   Seguiremos en ruta...un saludo.



5 comentarios:

  1. Tampoco olvidaremos jamás aquel baño que nos dimos en esas aguas heladas a un montón de metros de altitud,ni la cara de aquel niño al que le regalaste un utensilio desconocido para él(un bolígrafo),ni el sonido de la llamada a la oración,ni el sabor de aquel maravilloso té con olor a hierbabuena, ni tantas y tantas emociones y sentimientos tan difíciles de describir.Yo tampoco olvidaré este viaje nunca.Besos de tu compi de aventuras Rosa.

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. Me habéis hecho saltar las lágrimas, sois estupendos. Gracias por compartir vuestra aventura, en cierto modo hace que la vivamos con vosotros.
      Un beso
      Victoria

      Eliminar
  3. Desde cuando los niños marroquies no saben que es un boli?? Ademas de no ser recomendable dar nada a los niños, para que no mendiguen...Donde te han perseguido, acosado ???En Marruecos lo dudo si sabes de que vas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo...en varios pueblos había niños que miraban el boli y parecía que habían visto el Ave Fenix. Y en Fez...en la medina me sentí acosado y perseguido. Contínuamente. Quizá hablemos de otro Marruecos, el que yo viví fue asi. Un abrazo.

      Eliminar