viernes, 22 de febrero de 2013

Ayer

Ayer fué cuando las sombras eran alargadas,
cuando las nubes lo cúbrían todo.

Ayer hubo sonrisas, claro. Gracias,
aunque también hubo lágrimas.

Ayer explotaron los puentes que llegaban...
¿A dónde llegaban?

Ayer se convirtió en pasado, en abismo,
en nostalgia, a veces.

Ayer fué barrido por el viento,
enterrado por la distancia, revivido en los recuerdos.

Ayer...siempre ayer.

3 comentarios:

  1. Lo bueno es lo q aprendimos del ayer. No olvidar aquello q nos hizo sonreir y pasar página con lo que nos hizo llorar... al menos intentarlo gab

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  2. El ayer hizo de ti lo que eres hoy, una gran persona.

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  3. Yo quiero creer que voy a abrir los ojos cada día como si fuese la primera vez. Ver a las personas que me rodean con sorpresa y espanto, alegre por descubrir que están a mi lado compartiendo algo llamado amor, de lo que se habla mucho pero se entiende poco.
    Voy a mirarlo todo y a todos como si fuese la primera vez, sobre todo las pequeñas cosas, a las que ya estoy acostumbrado, de forma que acabe olvidándome de la magia que me rodea: las teclas de mi ordenador, por ejemplo, que se mueven con una energía que yo no logro entender; Tantas cosas en el mundo, tantos caminos recorridos, tantas entradas y salidas en mi vida…Que todo lo que toque mi mano, vean mis ojos o pruebe mi boca sea diferente ahora, aunque haya sido igual durante tantos años. De esta manera, todas ellas dejarán de ser naturaleza muerta, empezarán a transmitirme el secreto de por qué han permanecido tanto tiempo junto a mí y manifestarán el milagro del reencuentro con emociones que ya habían sido desgastadas por la rutina.

    El tiempo y la vida lo fueron transformando todo en algo perfectamente comprensible -y a mí me hace falta el misterio, el trueno que es la voz de un dios enfurecido, y no una simple descarga eléctrica que provoca vibraciones en la atmósfera. Yo quiero llenar nuevamente mi vida de fantasía, porque un dios enfurecido es mucho más curioso, aterrador e interesante que un fenómeno físico-.Y, finalmente, que me mire a mí mismo como si fuese la primera vez que estuviese en contacto con mi cuerpo y con mi alma. Que mire a esta persona que camina, que siente, que habla como cualquier otra, y que me quede asombrado con sus gestos más simples, como conversar con el cartero, abrir la correspondencia o contemplar a su mujer durmiendo a su lado, preguntándose con quién estará soñando.

    Y de esta manera seguiré siendo lo que soy y lo que me gusta ser: una sorpresa permanente para mí mismo. Este yo que no fue criado ni por mi padre, ni por mi madre ni por mi escuela, sino por todo aquello que he vivido hasta hoy, que olvidé repentinamente y que estoy descubriendo de nuevo.

    besitos.

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