viernes, 17 de mayo de 2013

The show must go on

El país de Jose María "el tempranillo",  José Ulloa "el tragabuches" o el televisivo Curro Jiménez entre otros insignes bandoleros se desangra. Otrora ataviados con pañuelo al cuello, polvoriento sombrero, pantalón raído y chaleco de lana, fuerte corcel y trabuco al hombro, escondidos en la serranía de Ronda, en los olivares andaluces o por las llanuras manchegas. 

Hoy, impecable traje de diseño italiano, camisa almidonada sin una sola arruga y corbata al compás de su altanero paso. Luz al color del dinero que derrochan, aureola de éxito al son de la desgracia de otros tantos, injusticias toleradas por los que nos gobiernan.

Bandoleros fueron unos, bandoleros lo son hoy otros. Contrabandistas unos, especuladores otros. Románticos unos, hienas hambrientas otros. Viles y nobles unos, implacables y voraces los otros...

Mientras tanto, talento, ilusión, fuerza, razón, inteligencia, agudeza, capacidad, energía, sabiduría o conocimiento huye de estas tierras áridas, estériles, vacías...en busca de futuro, de un futuro que se les niega allí donde vieron el sol por primera vez. Huyen despavoridos, en silencio, ausentes, tristes, melancólicos por abandonar su país, su triste país.



País, triste país.

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