Es una maravilla enfrentarse a la fuerza de la naturaleza, fundirse con ella y disfrutarla. Mirarla a los ojos y embriagarte de las sensaciones que te ofrece, respetarla y vivirla.
Sentir el frío en tus mejillas, luchar contra la fuerza del viento, recorrer sendas inhóspitas, perderte en su cielo estrellado, aceptar sus victorias...
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