martes, 27 de mayo de 2014

"Un educador vale más que Neymar"

 Estos días en los que el deporte rey acapara todas las portadas y noticiarios del mundo por obra y arte de la famosa "décima" y por el no menos conocido y próximo mundial de Brasil, que desvían, al alimón, la atención del ruido político y social que se está organizando en torno a "una pelota y 22 tíos corriendo detrás de ella" que diría mi madre, la población de Brasil nos da una lección bárbara. El país de la samba, de la alegría, del sol, de la playa y, cómo no, el país donde nacio el "jobo bonito" se levanta contra uno de sus totems, el fútbol.

 La gente humilde, que no ignorante, del país sisado a España hace más de 500 años por el astuto rey Juan II de Portugal en el Tratado de Tordesillas, se enfrenta estoicamente a su gobierno, a sus dirigentes y a todos los que a costa del futuro de sus hijos van a organizar y celebrar una prueba deportiva de primer nivel. 


Hoteles, estadios, infraestructuras faraónicas frente a necesidades, hambre, carencias, prostitución...etc. Un contrasentido y una falta de sensibilidad hacia una población abnegada a la mayor de sus pasiones...por la mayor de las necesidades, una población que da la espalda a uno de los mayores espectáculos del mundo por la sanidad, la educación y por tener algo que llevar a la boca a los futuros astros del "soccer" que dirían en el país del tío Sam.


Hace unos días las paredes de Sâo Paulo amanecían con un grafitti muy claro, a la vez muy triste y desgarrador...a veces una imagen sí que vale más que mil palabras.


 Y recuerden el lema gritado en las calles brasileñas "un educador vale más que Neymar".

 Hay poco más que añadir.

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