Vienen los vientos de levante cargados de fuerza,
de hastío, de ansia.
Recorren nuestras calles y nuestros campos,
los llenan de su dureza.
Viene la bruma de la mañana a rozar nuestro cuerpo,
golpear nuestro alma.
Corre, corre, alcanza tus sueños, aprisa,
no dejes que se vayan.
Viene la brisa de la noche, suave, sedosa,
a engullirnos, en calma.
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