Y aunque mil años llegaran, o una vida entera,
plena, vacía, con ausencias.
Volverán a emerger los gritos del silencio,
los que nunca se fueron ni callaron.
Y nunca se olvidarán las palabras gritadas,
rodeadas de imborrables silencios. Eternos.
Bajo arenas que nunca se mueven,
o desiertos que lejos te lleven.
Y volarán mil aviones sin destino, sin nombre,
sin tiempo que se escurra en el camino.
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