Desde mi cama oigo el mar.
El ir y venir de las olas.
El rumor del agua en su baile con la arena.
Todas las noches me sumerjo en él.
Buceo en las profundidades de mis sueños.
Y nunca sonrío, no quiero atragantarme de felicidad.
Aunque tampoco lloro, mis lágrimas son dulces.
Desde mi cama oigo el mar.
Cada noche duermo en su regazo...
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