Se acercó lentamente a aquel viejo amigo con el que tantas batallas había librado. Al llegar a su lado balbuceó un hetereo y ceremonioso saludo pero no pudo dejar volar sus pensamientos en forma de palabras...y rumió.
Cuando no te llame búscame, será cuando te necesite.
Cuando esté lejos de tí llámame quizá no sepa como acercame a tí de nuevo.
Si dudo empújame con fuerza, tú conoces el camino correcto.
Si caigo estréchame la mano, con ella podré levantarme de nuevo.
Pidieron dos gin-tonic y sus miradas se perdieron entre cientos de personas ajenas, extrañas, vacías a lo largo de aquella intensa y larga noche que, como otras, acabó pidiendo la hora...
Al despedirse, un cálido abrazo los acercó, ambos entendieron que las distancias físicas se rompen fácilmente con el pensamiento, con las emociones, con las experiencias, y que a pesar del tiempo transcurrido...todo había empezado de nuevo.
AMISTAD... poca gente la conoce de verdad.
ResponderEliminarTengo motivos de sobra para no creer en la amistad,pero muchos más para seguir confiando en ella.Los verdaderos amigos están ahí siempre, en los buenos momentos y en los malos.Un beso de tu compi y amiga Rosa
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