Quién sabe donde habrá quedado la lista de las canciones prohibidas,
los recovecos en los que un día nos perdimos.
Lejos, a millas, escondidos. Quizás acompañados por el olvido.
Incluso, ocultos en alguna oquedad de mi camino.
Aquella ciudad también está muy lejos, como esa carretera en sentido contrario.
Y las burbujas que rompían ciertas lágrimas. Las que inundaron los instintos.
Porque los días no han de pasar por nosotros. Porque has de pasar tú por ellos.
Y en ello reside todo. En agarrarse al mañana y arañar los segundos que van a llegar.
Y no dejarse nada en los bolsillos. Por que las canicas están creadas para rodar.
Como tú lo estás para ser feliz, luchar. A pesar. A pesar de todo.
Porque quién sabe donde habrá quedado esa maldita lista de ciudades prohibidas,
de canciones olvidadas. A nadie le importa. A veces no importa nada.
Porque las palabras que no pronunciaste...algún día mueren en tus labios.
Por eso no pueden quedarse dentro; hay que pronunciarlas.
ResponderEliminarY si no se dice es como si nunca hubiera existido.
ResponderEliminarHare un esfuerzo para que no mueran en mis labios "Si tu me dices ven lo dejo todo...pero dime ven"....
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