jueves, 14 de junio de 2012

Entre mis alumnos y yo

 Ser maestro es una maravilla, un lujo, una gozada y, a pesar de las dificultades, en mi trabajo, diariamente, tengo unas experiencias fantásticas.

Me apetece hablaros un rato de la materia prima que mis manos modelan cada jornada de trabajo...de un material extremadamente delicado y que tengo bajo mi tutela todos los días...

Naoual tiene 11 años, es marroquí, un torbellino, fuerza para dar y repartir, incansable, noble, muchas ganas de aprender y mucho cariño por recibir. Ayer me trajo un caracol como ella dijo, vamos, una caracola que se encontró en la playa...y se acordó de mí. Me la regaló...un gesto enorme para alguien tan pequeña y con tan pocos medios como ella. Suerte Naoual.

Aziz con sus 10 años me da lecciones cada día, de saber estar, de nobleza, de pureza, de inocencia, me encanta este niño. Tiene un gran futuro por delante, si lo dejamos, claro. Todos los días me regala su presencia. Suerte Aziz.

La sonrisa de Chaima es eterna al igual que su timidez y su alegría. Siempre revoloteando por el recreo, de aquí para allá, despreocupada. Espero que tenga su oportunidad en esta vida, al igual que Saliha con su inocencia desgarbada y mirada huidiza.

Hay más...ha habido más,árabes, españoles, sudamericanos, a todos los tengo en mi memoria. A mis pequeños del curso pasado especialmente. Cada uno con su historia, sus particularidades, sus alegrías, sus dificultades, sus travesuras...espero que haya más, espero que vengan más.
Estas son algunas de las bondades de mi profesión, las cosas que me tienen enganchado a ella. De los malos momentos mejor no hablar...se diluyen cuando uno de estos críos te miran, confiados en que su maestro siempre estará ahí para ayudarlos.

Espero.

3 comentarios:

  1. Qué sentimientos tan bonitos y tan veedaderos, q sólo el q es maestr@ podría comprender. Yo los comprendo y ademàs los comparto.

    ResponderEliminar
  2. Creo que ser maestra es algo parecido a parir.Los dolores,molestias,puntos...se olvidan cuando le ves la cara a tu bebé.Pues a mí se me olvidan la falta de apoyo de algunos padres,las peleas,los deberes sin hacer...cuando a las 9 mi Rafa me da una rosa y me dice que me quiere,mi Harold me dice que soy la mejor maestra del mundo,mi Josefa desprende alegría con su sonrisa o mi Juan Antonio me pregunta si algún día va a poder venirse a mi casa.Merece la pena ser maestra.¿No crees?

    ResponderEliminar
  3. Así es compañeros/as...ser maestro/a es una maravilla...a mí me carga cada día las pilas para continuar con la ardua tarea de vivir...besitos y abrazos.

    ResponderEliminar