domingo, 15 de septiembre de 2013

De himnos, banderas y otras poses

Oye, que los políticos de mi malherida región están pensando en buscar un himno que glorifique estas tierras. Manda huevos que diría aquel o "pa mear y no echar gota" que se oye de forma habitual en nuestras calles y plazas. Sandeces. Personalmente hay un himno que quiero oír todos los días. A las 7:30 exactamente Señorías...el himno del despertador. Sí, ese desagradable pitido que irrumpe en tus más dulces sueños. Sí, ese mismo. El único himno que tanto 6 millones de españoles, un 29% aproximadamente en mi comunidad, como el que firma estas palabras queremos escuchar . Un canto de sirenas.

Y no queremos sacar pecho cantando himnos que ensalcen nuestros valores; ni nuestra huerta, ni nuestros mares, ni nuestros montes...no. Queremos el himno de la alegría, al alba. El de la alegría de trabajar, de formar parte de algo, de ser importante para alguien, de cuidar a tu familia, de sentirte orgulloso de lo que haces. Esos son los himnos que ese asqueroso 29% de murcianos queremos oír. Lo demás es buscar entretenimientos, "gibraltares" o "cataluñas" que generen debates estériles y mantengan entretenido al personal. De aeropuertos sin aviones, autovías con bancal, "aves" sin pasajearos, vías que separan ciudadanos, carriles bicis donde te juegas la vida, edificios que no se reconstruyen nunca, pueblos que se inundan o autopistas sin coches mejor no hablar.

Señores diputados, dejen los himnos a un lado. Acérquense a la realidad de la calle, ya sea en Cartagena, Ulea, Alquerías, Barranda o Zarcilla de Ramos...allí están los verdaderos himnos. Esa es la verdad, la única. Cualquier palabra que Ustedes empleen hablando de himnos no estará mas que haciendo indigna su labor como político.



Un ciudadano, malherido.


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