miércoles, 11 de septiembre de 2013

De lugares lejanos ¿o cercanos?

Y aquel banco sigue estando allí. Aunque el paso de los años haya desmejorado su color, verde, entonces, hoy raído, indeterminado.

Porque no se sabe quién ha cambiado más, los que se sentaron en él una vez. Aquellas sonrisas inocentes que lo visitaban cada tarde o, quizás, el propio banco, engreido hace unos años, decrépito por estos días.

Y así pasa con todo. Todo cambia, todos cambian. Nada permanece. Ni el cielo aparentemente hierático y vigilante, ni el cielo permanece.

Porque sigue estando allí, esperando nuevas sonrisas. Aguardando lágrimas, quizás, ofreciendo su asilo a quién lo precise. Aunque ya nada sea igual que antes, que entonces.

Y paseas a su lado y te parece extraño, ajeno, un sueño. Quedan tan lejos los recuerdos y a pesar de todo, es tan corto el olvido.

Porque aunque te olvidaste de aquel banco, de aquellas sonrisas y todo te siga pareciendo tan jodidamente lejano, nunca sabremos como terminan los sueños. Ni donde se esconde los besos que no has dado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario